Roland Garros Femenino – (Shelby Rogers vs Garbiñe Muguruza)

Gran oportunidad para Garbiñe Muguruza de repetir por segundo año consecutivo final en un Grand Slam, tan grande como peligrosa. En un circuito donde ir de favorito pesa tanto, como la liberación que te da no serlo, ahora mismo el mayor peligro que tiene Garbiñe es ella misma y su reacción ante la posible sensación que llegados aquí y jugando de esta manera no plantarse en la final, en un camino sin top 20 hasta ella seria fracaso.

La española solucionó su primera gran prueba de Roland Garros con unas sensaciones inmejorables, sobretodo en un primer set casi perfecto donde golpeo la bola sin piedad, pero con mucho control y estabilidad que le permitieron registrar 22 ganadores por solo 12 errores y 15/19 en puntos con primer saque. El segundo parcial comenzó en una tónica similar, con Garbiñe achuchando mucho al resto, firme al saque y marchándose 3-1 en el marcador antes de llegar a un momento que en su versión más inmadura lo hubiera cambiado todo. Con break arriba y punto de doble break, la española dispuso de un Smash para cerrar el partido que no conectó bien, y mentalmente antes hubiera pesado mucho ese punto perdido; pero en una nueva prueba de madurez, la española mantuvo el próximo turno a 15 sin problemas.

La segunda gran prueba vino cuando casi enfocaba el cierre del encuentro, con un juego algo tembloroso y sobre todo ante la mejor versión del partido de Sveta, la española perdió su saque para luego acto seguido devolver la rotura y cerrar el encuentro con su servicio. Tanto tenísticamente, como sobretodo mentalmente el partido fue redondo: con un revés que le dio 31 puntos machando, un servicio impecable solamente cedido en una ocasión en unas condiciones muy lentas, y mentalmente sobreponiéndose a todas las pierdas del partido y jugando con mucho control. Lo más positivo es ver que Garbiñe ya no es ese vendaval de golpes que cuando toca cara se funde a quien sea con 50 winners, pero toca cruz 3 veces al mes; si no que ahora es capaz de seleccionar mucho mejor sus golpes y reducir sus errores no forzados a solo 52 en sus tres últimos partidos, cifras alcanzables en un partido suelto para ella antes.

Su siguiente prueba es la gran sorpresa del torneo, una invitada totalmente inesperada pero que viene jugando un tenis realmente bueno y sobretodo cargándose a tenistas de mucho nivel. Su gran arma es la infravaloración que han hecho todas sus rivales con ella, sobretodo Kvitova y Begu que saltaron a la pista muy pasivas y cuando quisieron reaccionar era tarde porque Rogers estaba totalmente confiada. El mérito de lo que ha hecho Shelby es enorme, eliminar a Pliskova, Kvitova y Begu en una semana es muy difícil, pero hay que matizar lo mal que han jugado todas sus rivales. Analizas los 8 sets que ha ganado y te encuentras con un balance total de 47 golpes ganadores por 93 errores no forzados de la rival, una auténtica barbaridad.

Aun así la americana ha jugado muy firme al saque, no ha perdonado sus opciones y sobretodo está golpeando la bola muy pero que muy duro. Con un tenis más de potencia física que de pegada pura como la de Garbiñe, se nos viene un duelo de golpes donde creo que la española debería imponerse ya que tiene más experiencia a estos niveles, más talento natural y más capacidad de ser constante en una guerra de palos.

El gran problema es que confiar ahora mismo en Garbiñe, es hacerlo en una tenista que vive la gran oportunidad de su carrera posiblemente, jamás tuvo un cuadro así para asaltar la final de un Grand Slam, ya que su camino en Wimbledon fue muy duro, por lo que es difícil saber cómo va a reaccionar mentalmente. También son peligrosos los posibles nervios de Rogers ante el escenario más grande de su carrera, sus primeros cuartos de final en un Grand Slam (cuartos de la española) y tengo ganas de ver cómo reacciona ante una jugadora que realmente juego bien ante ella. Aun así creo que las cuotas son exageradas para la española, y por tanto jamás usaría la cuota de una tenista que tanto peso tiene encima y que para nada va a tener un camino de rosas ante Rogers, y menos en unas condiciones tan extremas como las de estos días en Roland Garros.

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